Sean bienvenidxs a mi nueva obsesión semanal: La vida de Pablo. Discazo conceptual de Kanye West, que para mí, además, tiene un plus, un sabor especial, un valor agregado, porque me lo recomendó mi sobrino de 16 años cuando estábamos en nuestro primer recital juntos (de Dillom, por supuesto), lo que le da mucho sentido al famoso «cosecharás tu siembra», puesto que, si mal no recuerdo, la secuencia fue más o menos así:
Nace el pibe -> A los pocos años de edad le hago escuchar creo que Ramones de Ramones -> Lo escucha -> Le gusta -> Sigue escuchando músicas -> Escucha más músicas -> Un día le quiero recomendar Artaud y me dice: «lo conozco, está buenísimo» -> Me quedo así 😮 -> Después así 😀 -> Vamos a ver a Dillom -> En la previa suena Kanye West -> Me recomienda The Life of Pablo -> Lo escucho -> Quedo así 😮
«El círculo, da la vuelta…»
El álbum debe su nombre a 3 famosos «Pablos», que según Kanye, lo representan: Pablo Escobar, por el lujo y la fama (y andá a saber qué más), Pablo Picasso, por su lado artístico, y el apóstol San Pablo, obviamente por su costado espiritual.
Hermoso disco, que no solo suena espectacular, sino que conjuga varios géneros, como el gospel, pop, trap, y por supuesto, hip hop. Me pareció clave el uso del silencio en varios pasajes del disco, generando atmósferas y momentos de gran profundidad. Claro que también hay lugar para unos cuantos bitch, dick y fuck, sino ¿qué clase de rapero sería?
Voy a cerrar con las palabras de mi sobri, que me dijo con esa indiferencia tan centennial: «escuchá The Life of Pablo, tá bueno».